Guerra Contra la Primera Confederación Perú-Boliviana (Chile-Argentina)



..."La temprana consolidación de su régimen político e institucional en relación al resto de las repúblicas hispanoamericanas, permitió a Chile alcanzar una importante primacía comercial en el continente. Esta posición comenzó a ser amagada por la unificación de Perú y Bolivia en un Estado bajo la conducción del mariscal Andrés de Santa Cruz. A esta rivalidad se sumaron las sospechas mutuas respecto de que cada potencia conspiraba para desestabilizar políticamente a la otra, configurando así, las principales causas de esta guerra. La convicción de que detrás del asesinato de Diego Portales estaba la mano del mariscal Andrés de Santa Cruz, decidió al Gobierno chileno a emprender la disolución de la Confederación Perú-Boliviana por medio de las armas.
Con dicho propósito, en octubre de 1837 desembarcó en el sur del Perú un ejército comandado por Manuel Blanco Encalada y conformado por tropas chilenas y disidentes peruanos de Santa Cruz. Esta fuerza, denominada Ejército Restaurador, no consiguió alcanzar sus objetivos, puesto que Blanco Encalada, evitando batirse con un enemigo numéricamente superior, se involucró en las querellas de la política local, logrando la firma del tratado de Paucarpata. Al regresar a Chile, Blanco Encalada y la paz de Paucarpata fueron repudiados tanto por el pueblo como por el Gobierno, de modo que se organizó una nueva expedición, esta vez a cargo del general Manuel Bulnes.
El ejército de Bulnes desembarcó cerca de Lima en agosto de 1838, donde debió enfrentar graves inconvenientes. En lugar de dilapidar energías en ocupar la capital peruana e inmiscuirse en las querellas políticas locales, el general Bulnes se concentró en aniquilar el poder militar del mariscal Santa Cruz, mediante maniobras de evasión y hostigamiento que derivaron en una marcha paralela de ambos ejércitos hacia el norte del Perú.
Después de meses en que sólo acontecieron escaramuzas aisladas, Santa Cruz fracasó en su intento de apoderarse de ambas riberas del río Buin, frente a la tenaz defensa presentada por una centena de soldados encabezados por el cacique abajino Juan Colipí. Desanimado por esta derrota y desprovisto de equipamiento luego de la captura de la armada peruana en el combate naval de Casma, el ejército confederado se reagrupó cerca del pueblo de Yungay, en torno al cerro Pan de Azúcar, posición considerada como inexpugnable. Sin embargo, el 20 de enero de 1839, Santa Cruz fue derrotado definitivamente por un ataque frontal del ejército chileno, en el que se combinaron la astucia de su comandante y la valentía a toda prueba de sus hombres y mujeres.
Tras el triunfo en Yungay, José Zapiola compuso el "Himno a la Victoria de Yungay", dando forma explícita al sentimiento nacionalista que se había generado durante la guerra."

..."El 3 de enero de 1837 un grupo de jefes y oficiales del ejército chileno se rebeló contra el gobierno en la ciudad de Quillota. Se oponían a formar parte de la expedición que debía viajar a Perú para destruir la Confederación Perú-Boliviana, creada recientemente por el general Andrés de Santa Cruz. De acuerdo con el acta de los sublevados, no se justificaba una guerra cuando todavía existían “medios incruentos de transacción” y, según el ministro Diego Portales, menos aun cuando esta campaña surgía de la voluntad de un solo hombre, quien, a juicio de los rebeldes, “no ha consultado otros intereses que los que halagan sus fines particulares y su ambición sin límites”.
Aunque el motín de Quillota terminó por ser un fracaso para los revolucionarios, con sus líderes fusilados y el gobierno fortalecido, el argumento de los conspiradores de que el enfrentamiento tenía otros fines diferentes a los nacionales, más bien políticos y comerciales, merecía un análisis más profundo para entrever las verdaderas causas detrás de la guerra. Sin embargo, el asesinato del ministro a manos de los rebeldes desacreditó su postura, lo que, sumado a la victoria del Ejército Restaurador en tierras peruanas y las celebraciones oficiales llevadas a cabo a lo largo de todo el país, aplacaron las críticas.
De esta forma se consolidó la voz oficial y se postergó la discusión en torno a las verdaderas causas del conflicto. Se dejó de lado que detrás de la campaña existían razones políticas: consolidar el régimen conservador, y económicas: mantener la hegemonía de Valparaíso sobre Callao y la relación comercial entre Chile y Perú.
El objetivo de este trabajo, sin negar razones políticas o de estrategias nacionalistas y republicanas de la época, es reiterar que a lo menos los problemas del comercio que acumulaban entre ambos países fueron también factores detonantes del enfrentamiento. A modo de hipótesis, establecemos que, detrás de las causas oficiales que justificaron la declaración de guerra de Chile contra la Confederación Perú-Boliviana, estaba igualmente el interés de la oligarquía terrateniente por mantener el mercado peruano como principal punto de destino del trigo chileno. Aun cuando las estadísticas oficiales del comercio chileno surgieron a partir de 1844, las cifras que se obtienen para la década de 1830, en la valorización de las exportaciones del cereal hacia Perú, no se contradicen con lo que sucedió en la década siguiente, y menos aún con los registros oficiales de 1844 en adelante. Tanto unas como otras demuestran fehacientemente el valor o significado del mercado peruano para los productores chilenos.
Así, el proyecto reformador del Estado conservador, liderado por Joaquín Prieto y Diego Portales, coincidió con el desarrollo del comercio del trigo, como lo sugiere el impulso de la Sociedad Nacional de Agricultura en paralelo a la expedición restauradora.
A los pocos años de concluida la guerra, en uno de los primeros textos dedicados al conflicto, José Miguel de la Barra (1851, p. 4) aseguraba que la destrucción de la Confederación había sido necesidad imprescindible para la conservación de Chile y la defensa de sus propios derechos como los de los Estados hermanos, lo que reproducía el discurso oficialista de la prensa de la época.
El debate historiográfico sobre la guerra se inauguró cuando Benjamín Vicuña Mackenna (El Ferrocarril, 26 de diciembre de 1878) comentó la obra del historiador Gonzalo Bulnes dedicada al conflicto. Bulnes era hijo del general que triunfó en la guerra contra la Confederación, y que luego fue presidente de Chile entre 1841 y 1851. En su trabajo, Gonzalo Bulnes (1876), siguiendo la argumentación de Portales, justificaba la obra del padre y la necesidad de emprender una guerra. Vicuña Mackenna, en respuesta a esta obra, abrió el debate sobre si la causa de la guerra habría sido comercial o no.
Gonzalo Bulnes (1876) realizó una completa cronología de las circunstancias políticas que permitieron a Andrés de Santa Cruz lograr el control de Perú, aprovechando las disputas caudillistas entre Luis José Orbegoso, Felipe Salaverry y Agustín Gamarra. Con ello destacaba la compleja relación entre ambos países: “El trigo chileno pagaba una fuerte contribución en las aduanas peruanas; i el azúcar del Perú estaba recargada en Chile con pesadas gabelas […]. La fanega de trigo chileno pagaba 3 pesos de introducción en las aduanas del Callao, lo que añadido a los gastos de transporte, desembarco, almacenaje, etc. sobrepasaban el valor de la mercadería” (Bulnes, 1876, pp. 199-200).
Las relaciones comerciales, que parecían haberse conciliado con la redacción de un tratado firmado el 20 de enero de 1835, se volvieron a complicar luego de las luchas políticas en que se vio envuelto Perú entre 1835 y 1836. Orbegoso, apoyado por Santa Cruz, desconoció el acuerdo. Según Bulnes (1876), su actuar se explicaba porque “viéndose vencedor y seguro, creyó inútil seguir guardando las apariencias de una falsa amistad y prefirió tomar actitud francamente hostil contra Chile, anulando el tratado” (p. 213). Por su parte, en Chile, Portales fue quien comprendió, a juicio del mismo Bulnes, la gravedad de la situación creada y consideró que ni la Confederación ni Santa Cruz eran garantía de paz.
Por el contrario, Benjamín Vicuña Mackenna, por medio de sus columnas en el diario El Ferrocarril (26 de diciembre de 1878), aseguraba que la causa de la guerra fue “siempre originaria i exclusivamente mercantil” y en referencia a Portales, que esta sólo fue la consecuencia del “capricho obstinado y ciego de un arrogante dictador”, con lo que asumía la postura de los revolucionarios de Quillota.
Bulnes (1878a) confrontaba la tesis mercantil de la guerra, y, por lo demás, agregaba que, si hubiese sido así, tampoco habría tenido nada de malo. De acuerdo con Bulnes (1878b), el camino más fácil para acabar con la competencia de Callao era favorecer la anarquía en estos países según la siguiente lógica: “Si el Gobierno de Chile hubiese querido arrebatar su importancia a la aduana de Arica para monopolizar en Valparaíso el comercio del Pacífico, habría tratado de envolver al Perú en la anarquía, para que disminuyendo su comercio, disminuyese proporcionalmente la importación de sus aduanas” (p. 20).
Las opiniones de Bulnes fueron compartidas por autores del periodo, como aconteció con Sotomayor (1896). El proyecto de Santa Cruz arriesgaba la esencia de Chile como nación y en esta campaña estaba además comprometida su paz interior, su buen concepto como Estado soberano entre las potencias extranjeras y la subsistencia del orden político derivado de las revoluciones de 1829 y 1830. En definitiva, Sotomayor (1896, p. 12)aseveraba que existían razones de sobra para derribar a la Confederación y no se trataba sólo de “defender los intereses mercantiles de Chile positivamente lastimados por la política del Protector”.
Diego Barros (2003, p. 76) fue uno de los pocos que, aunque no se detuvo mayormente en el análisis de la guerra, validó la idea de que la situación comercial entre Chile y Perú se volvió crítica una vez que se constituyó la Confederación y con ella se generó el escenario propicio para el rompimiento de relaciones.
En esa perspectiva, Hernán Ramírez (1961, p. 133), al analizar la documentación diplomática inglesa, puntualizó los significados de la competencia comercial entre ambos países y cómo en Gran Bretaña, antes del conflicto, se estimaba que la Confederación Perú-Boliviana ofrecía grandes expectativas para los buenos negocios.
Décadas más tarde, transcurrida la Guerra del Pacífico, fue este conflicto el que se transformó en el principal foco de las preocupaciones de los historiadores chilenos del siglo xx y, consecuentemente, la guerra contra la Confederación quedó relegada a ser una parte más de obras generales y manuales escolares. Se generó un escenario propicio para la creación de mitos y simplificaciones que complicaron la opción de seguir profundizando sobre sus verdaderas causas. De entre estos cultores, quizá el de más influencia en el ámbito popular fue Francisco Antonio Encina, quien consolidó la idea de que la guerra se había justificado por el interés de la Confederación de someter a Chile y a Ecuador, al tiempo que se restituía el imperio incaico del que Santa Cruz se sentía heredero. Debemos señalar, por lo demás, que este proyecto no aparece documentado.
En todo caso, a fines del siglo xx, la guerra que nos ocupa volvió a ser considerada como parte del análisis general de los gobiernos conservadores. En un estudio crítico, Jorge Núñez (1987, p. 178) puso en entredicho la visión tradicional sobre el periodo 1830-1840 y presentó la guerra como una decisión tomada exclusivamente por el núcleo portaliano-ultraconservador a raíz de la conjugación de dos factores críticos: la crisis política y la amenaza inminente de cierre del mercado peruano, principal fuente de los recursos de la aristocracia del propio Estado.
En aquellas investigaciones que se refieren a aspectos económicos no hay mayor atención a lo planteado por Núñez. Gonzalo Izquierdo (1990, p. 136), a inicios de los noventa, consideraba el deterioro de las relaciones económicas entre Perú y Chile como un factor esencial en la guerra. En cambio, Sergio Villalobos (2004, p. 31)asegura que mientras la pugna fue comercial, Portales no pensó realmente en una guerra y que esta no se hizo necesaria hasta los oscuros manejos de Santa Cruz y su amenaza. Gabriel Salazar (2005, p. 14), en cambio, comprende este enfrentamiento como un medio para justificar el orden interno y su consolidación a futuro.
En un estudio más reciente (Serrano, 2013, p. 18), en relación con los nexos e intereses comerciales entre Andrés de Santa Cruz y Diego Portales, tanto como con la participación del puerto de Valparaíso en este enfrentamiento, se ha establecido como principal causa de la guerra el rechazo de la Confederación al tratado de libre comercio firmado entre Chile y Perú en 1835. Esta medida desató una competencia directa entre los puertos de Valparaíso, Callao y Arica, lo que amenazaba los circuitos comerciales que se consolidaron durante esa década y que tenían a Valparaíso como el puerto principal.
Por último, en lo que respecta a la historia de la agricultura en Chile, esta se inició con la obra de Claudio Gay de 1862 (2009). Posteriormente, la elaboración historiográfica ha puesto énfasis a partir de la segunda mitad del siglo xix, cuando se empezó a llevar a cabo una estadística por parte del Estado. Destacan sobre este tema los trabajos de Schneider (1904)Gandarillas (1932)Keller (1933)Correa (1938)Sepúlveda (1959)Ramos (1967) y David (1993). En un ámbito más específico, Gonzalo Izquierdo (1968) investigó los fundamentos teóricos que dieron vida a la Sociedad de Agricultura en el siglo xix."...


..."Captura del Bergantín "Arequipeño"

El 30 de octubre de 1838, para afianzar el entendimiento con el Mariscal Gamarra, el bergantín "Arequipeño" fue devuelto al Gobierno de Perú. El Comandante de esa nave, el Capitán de Corbeta Juan Corrochano, en vez de presentar resistencia a su enemigo, se embarcó en un bote con ocho hombres y dejó abandonado su buque y tripulación.

Vencido el Mariscal José de Orbegoso en Portada de Guías por el General Manuel Bulnes Prieto, abandonó Lima y al no ponerse de acuerdo con el Mariscal Andrés de Santa Cruz, eligió asilarse en un buque extranjero al ancla en El Callao.

Reunidas las corporaciones limeñas que subsistían, se declaró restablecida la Constitución de 1834 y se designó como Jefe de Estado al Mariscal José Agustín Gamarra, a quien el General Bulnes reconoció como tal.

El 30 de octubre de 1838, para afianzar el entendimiento con el Mariscal Gamarra, el bergantín "Arequipeño" fue devuelto al Gobierno de Perú.

La barca "Santa Cruz" que debía ser también devuelta en ese acto, se encontraba comisionada en el sur, por lo que la devolución se realizó terminada la guerra, el 23 de marzo de 1839.

El 08 de noviembre de 1838, el Ejército Restaurador dejó Lima, embarcándose el día 11 en Ancón para ser transportado a Huacho.

La salida de Lima del Ejército del General Bulnes dejó al Mariscal Santa Cruz en plena libertad de ocupar la ciudad con sus fuerzas, que alcanzaban a 8.000 hombres.

Su principal preocupación fue fomentar las actividades corsarias ofreciendo halagos, elementos fiscales y recompensas.

Ante ese llamado los extranjeros residentes en la capital se interesaron por el ofrecimiento. Es así, que varios franceses de apellido Remy, Laurent, Nussard y otros armaron la corbeta francesa "Edmond".

Un norteamericano, John Eldredge, puso su barca "Mejicana" a disposición de Santa Cruz y otros extranjeros, entre ellos el argentino Bedoya, armaron las goletas "Perú" y "Shamrock".


Incluyendo estos buques y la goleta "Yanacocha", Santa Cruz disponía de cinco buques armados en guerra, que se pusieron a disposición del aventurero francés Juan Blanchet.

El Capitán de Navío Robert Winthrop Simpson había entregado el bergantín "Arequipeño" a un Comandante peruano, que comisionado por el gobierno de Perú en la Escuadra chilena, en Supe, se le había destinado para efectuar vigilancia de la costa. Esto incluía que dicho gobierno hubiera nombrado al nuevo Comandante y los oficiales y parte de la tripulación de ese buque.

Simultáneamente Juan Blanchet aprovechando la ausencia de la fuerza naval chilena, bloqueadora de El Callao, se había hecho a la mar con la corbeta "Edmond" y la goleta "Shamrock".

El 30 de noviembre de 1838 la fuerza corsaria arribó a Supe y se dirigió a trabar combate con el bergantín "Arequipeño".

El Comandante de esa nave, el Capitán de Corbeta Juan Corrochano, en vez de presentar resistencia a su enemigo, se embarcó en un bote con ocho hombres y dejó abandonado su buque y tripulación.

Ante tan insólita conducta de su Comandante la tripulación arrió la bandera, rindiéndose sin disparar un tiro y siendo capturada con toda facilidad por las fuerzas del corsario Blanchet.

Asegurados los prisioneros y amarinado el bergantín, Blanchet se hizo nuevamente a la mar, capturando al día siguiente a los transportes chilenos, la fragata "Capitán Zaldívar" y el bergantín "San Antonio" que navegaban vacíos. Como no pudo sacar nada útil de ellos y no disponer de gente para tripularlos, los incendió.

Captura de Buques de la Confederación - 17 de agosto de 1836

Mientras enviaba a la fragata "Monteagudo" a someter al General Freire en Chiloé, simultáneamente Diego Portales ordenó el 13 de agosto de 1836 zarpar al bergantín "Aquiles" y a la goleta "Colo Colo" para apoderarse de los buques peruanos que se encontraban surtos en El Callao.

La expedición del General Ramón Freire Serrano había producido una situación tan tensa en las relaciones entre los países, que la guerra era inminente.
La expedición del General Freire era una provocación indesmentible del Mariscal Andrés de Santa Cruz, que Chile no podía permitir. Pero, el desequilibrio de fuerzas era demasiado grande.

Para ello el Ministro Diego Portales Palazuelos ideó un audaz plan para desbaratar las intenciones de la Confederación.

Mientras enviaba a la fragata "Monteagudo" a someter al General Freire en Chiloé, simultáneamente ordenó el 13 de agosto de 1836, zarpar al bergantín "Aquiles" y a la goleta "Colo Colo" para apoderarse de los buques peruanos que se encontraban surtos en El Callao.

Entregó el mando de esta empresa al Coronel Victorino Garrido, en calidad de comisionado del Gobierno de Chile.



El Comandante del "Aquiles"era el Capitán de Fragata Pedro Angulo Novoa, conocido por su pericia y valentía. La "Colo Colo "fue enviada a Arica e Islay para apoderarse de los buques y embarcaciones allí existentes.

El "Aquiles" navegó directamente a El Callao, siendo retrasado por un temporal que lo desarboló, pudiendo recalar a ese puerto sólo el 21 de agosto de 1836.

En El Callao, al amparo de los fuertes, permanecían al ancla las naves de la Confederación: la barca "Santa Cruz", los bergantines "Arequipeño" y "Fundador" y la goleta "Peruviana".

A la medianoche de ese día, el Comandante Pedro Angulo al mando de cinco botes, se apoderó consecutivamente de la "Santa Cruz", "Arequipeña" y "Peruviana".

El bergantín "Fundador" estaba desarbolado y sin su cubierta, por lo que no era una presa rentable. Los buques capturados fueron llevados fuera de la bahía para amarinarlos, para su llevada a Chile.

La cólera del Mariscal Andrés de Santa Cruz lo llevó a detener al Encargado de Negocios de Chile, pero luego recapacitando sobre su inmunidad diplomática, lo dejó en libertad y le concedió un pasaporte para dejar el país.

La firme actitud de Victorino Garrido llevó a la firma de un tratado en el que se establecía que Chile no capturaría ningún otro buque de la Confederación, se comprometía a retirarse de las costas peruanas en el plazo de diez días y podía mantener los buques apresados hasta que se llegase a un arreglo definitivo.

Además, las partes se comprometían en no aumentar sus fuerzas navales durante el plazo de cuatro meses y el Encargado de Negocios podía volver a Lima.

El 2 de septiembre, la flotilla zarpó de El Callao rumbo a Valparaíso, donde recaló el 23 del mismo mes.

Captura de la Goleta "Peruviana" - 3 de enero de 1838

El Comandante de la "Peruviana",Teniente 1° Tomás Ruedas, no había recibido instrucción alguna del Gobierno de Chile, trató de zarpar inmediatamente después de una reunión con el Ministro de Guerra, pero la falta de viento lo impidió, siendo apresado junto con su tripulación y enviado a las mazmorras de las casamatas del puerto.

El Tratado de Paucarpata tenía considerado en uno de sus artículos, que Chile devolvería a la Confederación Perú-boliviana la barca "Santa Cruz", el bergantín "Arequipeño" y la goleta "Peruviana".

La goleta "Peruviana" había zarpado con el convoy de la expedición del Almirante Manuel Blanco Encalada y se había dirigido a Caldera y después a Cobija, desde donde zarpó el 6 de octubre de 1837 con destino a Islay, para allí reunirse con el resto de la Escuadra.

El 17 de octubre recaló en Islay y no encontró a la Escuadra, por lo que se dirigió al norte para hostilizar el comercio y el cabotaje adversario.

Estando falto de víveres y aguada, trató de obtenerlos en Santa , donde fue rechazada.

En vista de su necesidad, pasó a Pisco donde se impuso de la firma del Tratado de Paucarpata, mas no de su texto.

Apremiado por el Gobernador de Pisco, al no entregarle más víveres que los necesarios para llegar a El Callao, recaló en ese puerto, donde se le exigió la entrega de la nave.

Como el Comandante de la "Peruviana",Teniente 1o. Tomás Ruedas no había recibido instrucción alguna del Gobierno de Chile, trató de zarpar inmediatamente después de una reunión con el Ministro de Guerra, pero la falta de viento lo impidió, siendo apresado junto con su tripulación y enviado a las mazmorras de las casamatas del puerto.

Acción de Islay - 12 y 13 de enero de 1838

El 31 de diciembre de 1837 zarpaba la Escuadra desde Valparaíso a Arica con la misión de notificar oficialmente el rechazo del Tratado de Paucarpata e iniciar las acciones bélicas.


El 18 de diciembre de 1837, el Gobierno de Chile había rechazado el Tratado de Paucarpata y alistaba su Escuadra para reanudar las hostilidades.

El 31 de diciembre de 1837 zarpaba la Escuadra desde Valparaíso a Arica con la misión de notificar oficialmente el rechazo del Tratado e iniciar las acciones bélicas.

Estaba compuesta del bergantín "Aquiles", corbeta "Libertad", corbeta "Valparaíso", fragata "Monteagudo" y bergantín "Arequipeño".

El mando de la Escuadra se le había entregado al Capitán de Fragata Robert Winthrop Simpson.

El Mariscal Andrés de Santa Cruz convencido que Chile aceptaría las condiciones impuestas en el Tratado, había distribuido sus buques , la corbeta "Socabaya" y el bergantín "Fundador" en Islay , al mando del Capitán de fragata Juan José Panizo y el bergantín "Junín" en Arica al mando del Comandante Miguel Saldívar.

El 3 de enero de 1838, el Comandante Miguel Saldívar tuvo conocimiento que Chile había desaprobado el Tratado y que su Escuadra se dirigía al Perú, por lo que zarpó a Islay para concentrar las fuerzas navales peruanas, fondeando en ese puerto el 8 de enero.

Inmediatamente se dispuso que el bergantín "Fundador" se destacara cruzando la bahía, para evitar ser atacados por sorpresa.

Al amanecer del día 12, la Escuadra chilena avistó dos velas, una de un buque mercante y otra desconocida que se dirigía Islay, procediendo a seguir a la última.

En las cercanías de ese puerto se le unieron otras dos, que fueron reconocidas como buques de la Confederación.

Después de identificar a los buques enemigos, Robert Winthrop Simpson dispuso darles caza, ya que éstos huyeron hacia el norte. Durante todo el día se procuró darles alcance, pero debido a las diferencias de velocidades de los buques, se fueron quedando atrás la fragata "Monteagudo" y el bergantín "Arequipeño". Llegó la noche y no fue posible darles alcance.

Para evitar que los buques peruanos se escaparan aprovechando la oscuridad, Simpson destacó a la corbeta "Libertad", con mayor velocidad para que los mantuviera a la vista hasta las primeras horas de la mañana.


El Comandante Santiago Jorge Bynon de la "Libertad" acortó distancia y llegó a tiro de cañon, rompiendo el fuego con sus baterías.

Los peruanos creyendo que la corbeta estaba sola, viraron para intentar batirla, pero al observar que le seguían otros dos buques, viraron de nuevo y siguieron su huida al norte.

La diferencia de velocidades también afectaban a los buques de la Confederación, pues el bergantín "Junín" se iba quedando atrás y obligaba a los otros a reducir su andar, por lo que la distancia con los buques chilenos se iba acortando, poco a poco.

Al amanecer del día 13, la distancia se había acortado a 6 millas y era muy probable que durante el día se llegara a distancia de combate.

El Comandante Juan José Panizo comprendió que de seguir así, el combate era inevitable. Por lo tanto, inteligentemente decidió seguir la táctica empleada por los Horacios en contra de los Juráceos, la que consistía en que el bergantín "Junín" se dirigiera a El Callao y él viró de vuelta encontrada con la corbeta "Socabaya" y el "Fundador" rompiendo el fuego sobre la corbeta "Libertad" y el bergantín "Aquiles". Luego viró al norte y aumentó su andar, dando tiempo así al "Junín" para aumentar su distancia a los buques chilenos.

Tres veces hizo la misma maniobra no permitiendo a Simpson estrechar la distancia para trabar un combate decisivo.

Cuando el Comandante Panizo comprobó que el bergantín "Junín" había logrado quedar fuera de peligro, emprendió la huida hacia el norte, perseguido por los buques chilenos.

Cayó la noche y durante la oscuridad los buques peruanos, hábilmente huyeron hacia Islay, sin que se le detectara en los buques chilenos.

La Escuadra chilena se dirigió hacia El Callao, donde recaló el 17 de enero de 1838, incorporándose allí el bergantín "Arequipeño".


Captura de la Corbeta "Confederación" - 18 de enero de 1838

El Comandante Bynon dispuso la captura de la "Confederación". En la mañana del 19 de enero ambos buques fondeaban en la isla San Lorenzo, habiendo incorporado la Escuadra chilena otro valioso buque para sus fuerzas navales.


Llegada la Escuadra chilena a la isla San Lorenzo, frente a El Callao, el Capitán de Fragata Robert Winthrop Simpson hizo capturar un bote, por cuyos tripulantes supo que la corbeta "Confederación" había zarpado unas horas antes con destino a Arica.

Inmediatamente el diligente Jefe de la Escuadra dispuso el zarpe de la corbeta "Libertad" para que emprendiese su persecución.

Su Comandante Santiago Jorge Bynon, inició la rebusca con todas sus velas.

Al amanecer del día 18 la corbeta "Libertad" avistaba una vela que era la corbeta "Confederación", a una distancia de siete a ocho millas.


A las diez de la mañana ya la distancia estaba a tiro de cañón, por lo que la corbeta enemiga rompió el fuego con toda su batería sin dañar a la "Libertad", que continuaba poco a poco estrechando la distancia y simultáneamente batiendo a su adversario con su batería de babor.


El intercambio sostenido de fuego duró alrededor de veinte minutos al término de los cuales la "Confederación", arrió su bandera e izó la de parlamento.

Momentos después la "Confederación" enviaba un oficial a bordo del buque chileno para manifestar al Comandante Bynon que llevaba un mensaje del General boliviano José Ballivián, que embarcado en la nave peruana, invocaba el Tratado de Paucarpata para que se le dejase seguir su ruta.

A bordo de la "Confederación" se ignoraba que Chile había rechazado el Tratado de Paucarpata e iniciado las hostilidades, debido a que la corbeta "Confederación" había zarpado de El Callao el día 16 de enero de 1838 y el bergantín "Junín" había recalado el día 17 con la noticia de esos hechos.

Considerando lo anterior el Comandante Bynon dispuso la captura de la "Confederación" con toda su tripulación, como asimismo, del General José Ballivian.

En la mañana del 19 de enero ambos buques fondeaban en la isla San Lorenzo, habiendo incorporado la Escuadra chilena otro valioso buque para sus fuerzas navales.

Captura de la Corbeta "Socabaya" - 17 de agosto de 1838

Dos pequeñas divisiones de fuerzas sutiles se largaban de los costados de los buques de la Escuadra. La primera a cargo del Mayor José Angulo, formada por tres lanchas cañoneras; y la segunda al mando del Teniente 1° Leoncio Señoret Montagne y compuesta por botes y lanchas de los buques.

El 18 de diciembre de 1837 el Gobierno de Chile repudió el Tratado de Paucarpata, firmado por el Almirante Manuel Blanco Encalada y comenzó a prepararse para reanudar las hostilidades contra la Confederación Perú-Boliviana.


El 31 de diciembre de 1837 zarpaba la Escuadra al mando del Capitán de Navío don Robert Winthrop Simpson para incursionar al Perú y como resultado de esta campaña las fuerzas navales capturaron la corbeta "Confederación", regresando a Chile el 13 de febrero de 1837.
El Mariscal Andrés de Santa Cruz decretó el bloqueo de todos los puertos de Chile, lo que fue respondido por el Presidente José Joaquín Prieto Vial con un decreto de bloqueo de los puertos de El Callao, Ancón y Chorrillos, a contar del 26 de abril de 1838, de manera de que coincidiera con la llegada de los buques chilenos a los citados puertos.

El 17 de abril de 1838 zarpó la primera división de la Escuadra a cargo del Capitán de Navío Carlos García del Postigo Bulnes con los siguientes buques: corbeta "Valparaíso", bergantín "Aquiles", bergantín "Arequipeño" y goleta "Colo Colo", fondeando en la isla San Lorenzo el 29 del mismo mes.

Las condiciones para efectuar el bloqueo se vieron obstaculizadas por la acción de los países neutrales, especialmente europeos, que desconocieron las formalidades exigidas por el derecho internacional para establecer el bloqueo.

Con todas estas restricciones y dificultades impuestas por la manifiesta parcialidad de esas poderosas naciones, el jefe de la primera división chilena hubo de limitarse a impedir la salida de los buques de guerra de la Confederación, que se encontraban asilados bajo las baterías de El Callao. Estos eran la corbeta "Socabaya", la goleta "Yanachocha", el bergantín "Fundador" y el bergantín "Junín".

Mientras la primera división naval mantenía el bloqueo, en Chile, el General Manuel Bulnes Prieto preparaba el ejército restaurador, el que el 6 de julio de 1838 se encontraba embarcado con 5.400 efectivos.

La segunda división, al mando del Capitán de Navío Robert Winthrop Simpson y con la fragata "Monteagudo", la barca "Santa Cruz", la goleta "Janequeo" y 26 transportes conduciendo el Ejército Restaurador, zarpó el 10 de julio de 1838, en medio del entusiasmo de los habitantes de Valparaíso.

Mientras esto sucedía, en el Perú se producían cambios políticos, pues el General José de Orbegoso se había rebelado en contra del Mariscal Andrés de Santa Cruz y declarado la independencia del Estado del Norte del Perú, que incluía El Callao, segregándose de la Confederación.


Esta noticia fue recibida con alegría y optimismo por el General Bulnes, quien pensando que el General Orbegoso se podría convertir en un importante aliado en la lucha contra la Confederación, determinó fondear en El Callao y desembarcar pacíficamente para poder llegar a un acuerdo con el General peruano.

Grande fue su sorpresa de que el General Orbegoso enviara un emisario llevando su declaración de guerra a Chile.

Considerando lo anterior, el General Bulnes se dirigió a Ancón con la segunda división naval, donde desembarcó su expedición. Cumplida la etapa de desembarco de dirigió a Chorrillos.

La primera división naval al mando de Carlos García del Postigo Bulnes, formada por la corbeta "Libertad", corbeta "Valparaíso", bergantín "Aquiles", goleta "Janequeo" y el bergantín "Arequipeño", continuó manteniendo el bloqueo de El Callao.

El 14 de agosto de 1838 el General Orbegoso declaró rotas las hostilidades contra Chile. Lo que indujo al Comandante García del Postigo a entrar a El Callao el 17 de ese mes, para intercambiar el fuego de sus baterías con las de tierra, con el fin de conocer el alcance de estas últimas.

Conseguido su propósito, el Comandante García del Postigo planeó apoderarse de la corbeta "Socabaya" y del bergantín "Fundador", que permanecían al ancla cerca del muelle bajo la protección de las baterías de tierra.

A las 11.30 de la noche dos pequeñas divisiones de fuerzas sutiles se largaban de los costados de los buques de la Escuadra, la primera a cargo del Mayor José Angulo, formada por tres lanchas cañoneras y la segunda al mando del Teniente 1o. Leoncio Señoret Montagne y compuesta por botes y lanchas de los buques.

Bogaron sigilosamente para evitar ser descubiertos, pero a pesar de ello, la activa vigilancia de los castillos y baterías los descubrió y un vivísimo fuego de cañón y fusilería cayó sobre ellos.

Ello no fue impedimento para que se redoblara la boga con inquebrantable decisión, mientras las cañoneras respondían el fuego enemigo.

Las tripulaciones chilenas abordaron la corbeta "Socabaya" y bajo una granizada de balas la sacaron de su fondeadero. El bergantín "Fundador" había sido hundido por los peruanos.

Las lanchas y botes se retiraron junto con la "Socabaya" a la isla San Lorenzo, sin haber sufrido baja alguna.

Tres días después de este brillante hecho de armas, el General Manuel Bulnes Prieto triunfaba en el combate de la Portada de Guías y entraba triunfante a Lima.

Combate Naval de Casma
El bergantín "Arequipeño" quedó en poder del Comandante Simpson, constatándose la muerte del Jefe de la flotilla corsaria, Juan Blanchet y del Comandante de la nave, Enrique Silvester.

La flotilla del corsario Juan Blanchet llegó a El Callao el 15 de diciembre de 1838, siendo recibido con gran regocijo por su victoriosa incursión que le había restado un buque a la Escuadra chilena y dos transportes de su aparato logístico.

El gobierno del Mariscal Andrés de Santa Cruz hizo halagüeñas promesas de entregar un suculento botín para las próximas presas, por lo que las fuerzas de Blanchet se aprestaron entusiastamente para una segunda incursión.


En los primeros días de 1839, la flotilla al mando de Juan Blanchet zarpaba de El Callao con la corbeta "Edmond", el bergantín "Arequipeño", la barca "Mejicana" y la goleta "Perú".

El Comandante Carlos García del Postigo Bulnes, por orden del General Manuel Bulnes Prieto se había reunido con Robert Winthrop Simpson en Santa, agregando así la corbeta "Libertad" y la corbeta "Socabaya" a la Escuadra.

Se hizo necesaria una gran cantidad de leña para los buques, de las que había gran cantidad en el puerto de Casma, perteneciente al Estado del Perú.

Por ello García del Postigo ordenó a la división de Robert Wintrop Simpson que zarpara con un transporte a ese puerto y con instrucciones de tomar las medidas de precaución para evitar una sorpresa.

El 10 de enero de 1839 fondeaban en Casma la corbeta "Confederación", la corbeta "Valparaíso", la barca "Santa Cruz" y el transporte "Isabella".

Por precaución se desembarcó un piquete de soldados del Regimiento Carampangue, quienes tenían la misión de vigilar la bahía desde la altura.

El día 12 a mediodía, mientras se faenaba la leña, los vigías anunciaron la presencia de cuatro velas que venían desde el sur. Simpson avisado de la presencia de esos cuatro buques ordenó el reembarco de la tripulación que estaba trabajando en tierra, aprestándose para el combate.

A las 16:30 horas el bergantín "Arequipeño", entró en la bahía y después de reconocer a buques chilenos, salió para reunirse con el resto de su flotilla.

Los buques chilenos estaban fondeados con un ancla y en una disposición de un triángulo isósceles. La corbeta "Confederación”, ocupaba el vértice más occidental, la corbeta "Valparaíso" el vértice norte y la barca "Santa Cruz", el vértice sur. El transporte "Isabella" se encontraba al interior del puerto protegida por esta disposición táctica.

La corbeta "Edmond" y el bergantín "Arequipeño", se dirigieron sobre la corbeta "Confederación" para atacarla, una por cada banda.

La barca "Mejicana" y la goleta "Perú" llegaron a la cuadra de la corbeta "Valparaíso", rompiendo el fuego contra ella y sobre la corbeta "Confederación".

La corbeta "Edmond" y el bergantín "Arequipeño", maniobraron para lograr un abordaje sobre la corbeta "Confederación", pero cometieron el error de ir a excesiva velocidad, por lo que el segundo se estrelló violentamente contra la proa de la nave chilena, destrozándole el bauprés y enredando su jarcia con la de su adversaria.

La corbeta "Edmond" chocó contra el costado de babor de la misma nave rompiéndole la cabullería del palo trinquete y enredándose con el buque de Robert Winthrop Simpson.


Durante una hora ambos buques enemigos hicieron esfuerzos sobrehumanos para abordar el buque chileno, pero sus defensores opusieron tan tenaz resistencia, que ni un solo atacante logró pisar su cubierta, mientras la artillería disparaba a quemarropa y el fuego de fusilería era intensísimo.

Entre las muchas bajas estuvo el propio corsario Blanchet.

La corbeta "Edmond", sin su jefe logró después de muchos esfuerzos, desembarazarse de la corbeta "Confederación", pero no pudiendo maniobrar bien, se fue a estrellar sobre la barca "Santa Cruz" enredándose con ella e iniciándose otro combate a quemarropa, hasta que como mejor pudo salió de la bahía, a pesar de las numerosas descargas, tanto de la corbeta "Confederación", como de la corbeta "Valparaíso", reuniéndose con sus otros dos buques.

Mientras tanto, el bergantín "Arequipeño", quedaba en poder del Comandante Simpson, constatándose la muerte del jefe de la flotilla corsaria, Juan Blanchet y del Comandante de la nave, Enrique Silvester.
El Comandante Simpson debido a las averías sufridas por sus buques y por la proximidad de la noche se vio en la imposibilidad de perseguir a la flotilla enemiga.

Con la captura del bergantín "Arequipeño," la Escuadra chilena reivindicó el honor comprometido indirectamente.

Los buques confederados se pusieron bajo la protección de las baterías de El Callao, no teniendo ninguna intervención durante el resto de la guerra y obteniendo Chile de esta manera el dominio el mar.

Quedaban aseguradas las comunicaciones marítimas entre la República y sus fuerzas en campaña y la aptitud del Ejército de movilizarse libremente por el mar y tener en todo momento el apoyo de la Marina.

El 20 de enero de 1839, el General Manuel Bulnes Prieto obtiene el triunfo en la batalla de Yungay, destruyendo el poder militar del Mariscal Santa Cruz, quien abandona a sus tropas y huye a Lima.

Posteriormente, siguió a Arequipa donde se impuso de un pronunciamiento en su contra en Bolivia, por lo que huyó a Guayaquil.

El Mariscal José Agustín Gamarra asumió el mando del Perú, independizándose de la Confederación Perú-Boliviana.

Expedición del Almirante Manuel Blanco Encalada

El 14 de septiembre de 1837 zarpa la expedición compuesta por 17 transportes y un ejército de 3.200 hombres a Perú.


El Ministro Diego Portales Palazuelos había ideado un plan para lograr evitar el peligro que se cernía sobre el país, si el Mariscal Andrés de Santa Cruz lograba la anexión de Perú a la Confederación, primer paso para hacer lo mismo con Chile.

Para ello dispuso una expedición de un ejército de 3.200 hombres al Perú, para oponerse militarmente al Mariscal Andrés de Santa Cruz, aprovechando que el Perú estaba prácticamente dividido en dos paises. Uno que apoyaba a Santa Cruz y otro que se le oponía.

A tal efecto, el 14 de septiembre de 1837 zarpa la expedición compuesta por 17 transportes: bergantín "Orbegoso", convertido en hospital y el único armado, barcas "Carmen", "Esperanza", "Paguina", "Colcura", "Isabella", y "Pacífico" fragatas "Capitán Zaldivar" y "Margarita", bergantines "Teodoro", "Huemul", "San Antonio", "Salvador", "Dos Hermanos", "Hércules", "Joven Victoria" y "Eleodoro", comandados por el Capitán de Navío Carlos García del Postigo Bulnes y escoltados por la corbeta "Libertad", fragata "Monteagudo", barca "Santa Cruz", corbeta "Valparaíso", bergantín "Arequipeño", y bergantín "Aquiles".

El mando de la expedición recayó en el Almirante Manuel Blanco Encalada.


El plan de Blanco Encalada se basaba en la suposición que en Arica se le uniría el General boliviano López de Quiroga, con quien marcharía a ocupar Arequipa y desde allí unirse con tropas argentinas en guerra contra Santa Cruz y recibir a aquellos bolivianos que se pronunciaran contra él.

Luego de siete días de navegación, se recaló a Arica, donde se esperó inútilmente que llegaran los refuerzos del General boliviano López de Quiroga, quien simpatizaba con la causa en contra de Santa Cruz, y con cuyas fuerzas se contaba para la próxima campaña.

Se eligió Islay como punto de desembarco del ejército, pero por no cumplir con las condiciones necesarias, se siguió a las caletas de Aranta y Quilca. En Quilca se varó la barca "Carmen" debido a una descuidada maniobra de su capitán, un extranjero sobre quien recayeron las sospechas de la intencionalidad del naufragio.

El 4 de octubre de 1837 el desembarco quedó completado y el ejército de dirigió a Arequipa, donde fue recibido con frialdad y un resentimiento antichileno. Los peruanos con los cuales se contaba para engrosar al ejército nunca llegaron.

En Arequipa, Blanco fue objeto de negociaciones con el General Herrera , entonces jefe provisional del Estado Sur peruano, quien en base a dilaciones y engaños, permitió que el Mariscal Santa Cruz reagrupara su ejército y rodeara al ejército de Blanco Encalada.

Cuando éste se dió cuenta de que no tenía alternativa de triunfo, tuvo que pactar su retiro en condiciones inconvenientes para Chile, pero tuvo que hacerlo para salvar su ejército, firmando el Tratado de Paucarpata, el 17 de noviembre de 1837.

El 25 de noviembre, el ejército de Blanco Encalada se reembarcaba y a mediados de diciembre llegaba a Valparaíso. Conocidos los resultados de la expedición y los términos del Tratado de Paucarpata, Blanco Encalada fue sometido a proceso en una Corte Marcial, donde fue absuelto, más considerando los servicios a la Patria, que el cumplimiento de la misión encargada por el gobierno.

El 18 de diciembre el gobierno declaraba nulo el Tratado y anunciaba la reanudación de las hostilidades.

Actividades de la Escuadra Chilena

La Escuadra chilena fue recibida con manifestaciones de franca hostilidad y los esfuerzos de don Mariano Egaña no dieran resultados, finalmente se notificó de la declaración de guerra el 14 de noviembre de 1836.


El 19 de octubre zarpó al Perú una escuadra de cinco buques al mando del Almirante Manuel Blanco Encalada, la fragata "Monteagudo", el bergantín "Orbegoso", el bergantín "Aquiles", la goleta "Colo Colo" y la corbeta "Valparaíso", llevando a don Mariano Egaña Fabres, nombrado Ministro Plenipotenciario de Chile ante el Gobierno del Mariscal Andrés de Santa Cruz, con los poderes necesarios para celebrar un tratado que resolviera las cuestiones pendientes o para declarar la guerra, si ese gobierno se negara a dar las satisfacciones y seguridades que Chile exigía.

Como esta Escuadra fue recibida con manifestaciones de franca hostilidad y los esfuerzos de don Mariano Egaña no dieran resultados, finalmente se notificó de la declaración de guerra el 14 de noviembre de 1836.

Mientras esto sucedía, el 3 de noviembre, un consejo de guerra había procesado y condenado a muerte al General Ramón Freire Serrano. Sin embargo, la Corte Marcial revocó el fallo y lo condenó a destierro.

El 23 de noviembre fue embarcado en la goleta "Peruviana" y enviado a la isla de Juan Fernández, junto a sus seguidores, entre ellos, Juan Guillermos.

Además, el 8 de diciembre de 1836, llega a Chile la corbeta peruana "Libertad", para entregarse a la Comandancia General de Marina, debido a que la tripulación se rebeló en contra de las autoridades peruanas.


Esta era encabezada por Leoncio Señoret Montagne, francés al servicio del General peruano Felipe Santiago Salaverry, quien había sido fusilado, el 18 de febrero de 1836, después de su derrota en la batalla de Socabaya ante el Mariscal José Luis de Orbegoso.

Este buque vino a sumarse a los obtenidos por Chile ante la emergencia de la guerra.

Con anterioridad, el Almirante Manuel Blanco Encalada, al mando de la Escuadra, se había mantenido en El Callao mientras duraban las negociaciones para evitar la guerra. Habiéndose declarado ésta y conociendo que los buques peruanos, la corbeta "Libertad" y el bergantín "Fundador", ahora denominado "Congreso", y la goleta "Flor de Mar" se habían dirigido a Ecuador, zarpó con la fragata "Monteagudo", y el bergantín "Orbegoso"hacia ese país, el 4 de noviembre de 1836.

Tres días después lo seguían el bergantín "Aquiles" y la corbeta "Valparaíso".

Los buques peruanos se encontraban en Guayaquil, excepto la corbeta "Libertad" y la goleta "Yanacocha", que habían salido del puerto días antes.

Para no violar la neutralidad de Ecuador, el Almirante Blanco dejó al bergantín "Orbegoso" y la fragata "Monteagudo", en espera de la salida de los buques peruanos para capturarlos en altamar, mientras él se regresaba a El Callao.

Mantenido el bloqueo, el 21 de enero de 1837, se produjo una escaramuza con varias cañoneras peruanas, lo que finalizó sin consecuencias para las partes.

La corbeta "Valparaíso" debió regresar a Valparaíso y el bergantín "Aquiles" quedó solo manteniendo el bloqueo, en espera del bergantín "Napoleón" que llevaba víveres y municiones para la Escuadra.

Mientras tanto, el bergantín "Orbegoso" y la fragata "Monteagudo" se mantuvieron tres meses en Puno, esperando la salida de los buques peruanos.

Después de varias tentativas fallidas para escapar de los buques chilenos, la escuadrilla peruana pudo escapar la noche del 13 de febrero de 1837.

Llegado el bergantín "Napoleón" y reunidos los buques chilenos, se decidió regresar a Chile.

Fuerzas Navales Comparadas

Chile podía hacer frente a una contienda bélica con la Confederación, que quedaba con las corbetas "Confederación", "Socabaya" y "Libertad", bergantines "Junín", "Fundador" y "Catalina" y las goletas "Flor del Mar", "Limeña" y "Yanacocha".

Chile contaba de una fuerza naval compuesta por el bergantín "Aquiles" y la goleta "Colo Colo", naves que disponía antes del intento del General Ramón Freire Serrano de deponer al gobierno del General José Joaquín Prieto Vial.

A ellos se agregaban los buques apresados en una audaz acción por Victorino Garrido en El Callao, la barca "Santa Cruz", el bergantín "Arequipeño" y la goleta "Peruviana". Además la fragata "Monteagudo" y el bergantín "Orbegoso", capturados anteriormente al General Ramón Freire Serrano. Además la corbeta "Adrienne", buque mercante francés, adquirido por el gobierno y denonimado "Valparaíso".

Con estas naves, Chile podía hacer frente a una contienda bélica con la Confederación , que quedaba con las corbetas "Confederación", "Socabaya" y "Libertad", bergantines "Junín", "Fundador" y "Catalina" y las goletas "Flor del Mar", "Limeña",y "Yanacocha"."...



..."Término de la Guerra contra la Confederación Perú Boliviana


Estimados lectores cuando he conversado el tema con conocidos., me he percatado que casi nadie sabe lo ocurrido; con motivo de este aniversario del término de la guerra van unos párrafos. He obviado por espacio diversos incidentes de la guerra. Mis fuentes de información fueron; Biblioteca Nacional de Chile, la web en distintos documentos varios que he copiado y apuntes propios.

El 21 de agosto de 1839, esto es hace 178 años terminó la Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana fue el enfrentamiento bélico ocurrido desde 1836 hasta 1839 entre La Confederación Perú Boliviana y Chile + los peruanos contrarios a la Confederación que pelearon junto con Chile llamándose Ejercito restaurador.La Confederación Perú-Boliviana se enfrentó con Chile + los peruanos contrarios a la Confederación que deseaban la reunificación del Perú y la expulsión de Santa Cruz del poder, los que terminarían por derrotar a los confederados luego de batallas que se libraron principalmente en los territorios del actual Perú.
La guerra terminó con la victoria de las tropas del Ejército conformado por chilenos y peruanos la ocupación de Lima el término de la Confederación y el fin del Gobierno de Andrés Santa Cruz en Bolivia.

“La temprana consolidación de su régimen político e institucional en relación al resto de las repúblicas hispanoamericanas, permitió a Chile alcanzar una importante primacía comercial en el continente. Esta posición comenzó a ser amagada por la unificación de Perú y Bolivia en un Estado bajo la conducción del mariscal Andrés de Santa Cruz. A esta rivalidad se sumaron las sospechas mutuas respecto de que cada potencia conspiraba para desestabilizar políticamente a la otra, configurando así, las principales causas de esta guerra. La convicción de que detrás del asesinato de Diego Portales estaba la mano del mariscal Andrés de Santa Cruz, decidió al Gobierno chileno a emprender la disolución de la Confederación Perú-Boliviana por medio de las armas.” (Fuente Biblioteca Nacional de Chile).

Cabe recordar que Santa Cruz quien era boliviano fue Presidente de Perú desde 1826 hasta 1827 y de Bolivia desde 1829 hasta 1839 es especialmente recordado como fundador de la Confederación Peruano-Boliviana (1836-39).
“Por su actuación en la batalla de Zepita, el Congreso peruano le concedió el rango de gran mariscal del Perú, honor no alcanzado por ningún otro boliviano. Después de ejercer como prefecto de La Paz, ocupó en 1826 la presidencia del Perú. Gobernó la nación entre 1826 y 1827, y tras dejar el cargo pasó a Chile como ministro plenipotenciario de Bolivia.

Su gran sueño, la Confederación Peruano-Boliviana, adquirió consistencia cuando fue llamado por el gobierno peruano para pacificar la nación, víctima de la anarquía. Tras varios éxitos militares contra las fuerzas que dividían el Perú, logró crear el Estado Nor Peruano y, más tarde, el Estado Sud Peruano, que junto con Bolivia integraban la Confederación Peruano-Boliviana o sea, dividió al Perú.

La Confederación debió enfrentarse desde su nacimiento a la oposición de Chile y Argentina, a la que más tarde se sumaron los enemigos internos. Chile declaró la guerra a la Confederación, que resultó derrotada en la batalla de Yungay, en 1839. Andrés Santa Cruz renunció a la presidencia tras el derrumbe de la Confederación y se trasladó a Ecuador. Intentó regresar a Bolivia, pero los chilenos lo hicieron prisionero y lo recluyeron en Chillán durante dos años, hasta que finalmente un convenio entre los gobiernos chileno y boliviano permitió su marcha a Europa”. (Fuente la web)-

En el marco de la Guerra Manuel Blanco Encalada en octubre de 1837 desembarcó al sur de Perú pero no tuvo éxito y firmó la paz.

Al regresar a Chile, Blanco Encalada y la paz de Paucarpata fueron repudiados tanto por el pueblo como por el Gobierno, de modo que se organizó una nueva expedición, esta vez a cargo del general Manuel Bulnes.quien desembarcó cerca de Lima en agosto de 1838.

El 21 de agosto de 1838 tuvo lugar la batalla de Portada de Guías que ganó el ejército restaurador que permitió la ocupación de Lima, comandado por Bulnes
El 20 de enero de 1839, Santa Cruz fue derrotado definitivamente por un ataque frontal del ejército chileno, Chile ocupó Lima y la Confederación debió pagar los gastos de guerra del ejército chileno."...





































































































Comentarios